sábado, 24 de enero de 2009

CUANDO




Cuando el cielo esté gris:


Acuérdate cuando lo viste profundamente azul.


Cuando sientas frío :


Piensa en un sol radiante que ya te ha calentado.


Cuando sufras una derrota :


Acuérdate de tus triunfos y de tus logros.


Cuando necesites amor :


Revive tus experiencias de afecto y ternura.


Acuérdate de lo que has vivido y de lo que has dado con alegría.


Recuerda los regalos que te han hecho,


los besos que te han dado, los paisajes que has disfrutado


y las risas que de ti han emanado.


Si esto has tenido lo podrás volver a tener


y lo que has logrado, lo podrás volver a ganar.


Alégrate por lo bueno que tienes y por lo de los demás;


desecha los recuerdos tristes y dolorosos, no te lastimes más.


Piensa en lo bueno, en lo amable, en lo bello y en la verdad.


Recorre tu vida y detente en donde haya bellos recuerdos


y emociones sanas y vívelas otra vez.


Visualiza aquel atardecer que te emocionó.


Revive esa caricia espontánea que se te dio.


Disfruta nuevamente








DIME...



Dime si te has enamorado

perdiendo la razón en unos brazos

llenando de emoción unos labios

desgranando en la mirada un te amo.

Dime si has sentido fuego en tu piel

mientras el corazón se reía ilusionando

la alegría de ser en el amor correspondida.

Si has creído morir. cuando no la veías

si llego a palidecer tu sonrisa cuando llegaba.

con una lagrima emocionada.

Por verte sentirse junto a ti

abrazada susurrando en caricias

y sin palabras ese fuego que quema

a los amantes cuando se buscan, se aman.

Dime que el amor no es locura

trasformando los días en radiante sol

que en tu mirada se delata

al compás del corazón

acompasada mil ternuras que florecen en el alma.

Dime amor si no has sentido

que el mundo se desplomaba

que ya no existía nada fuera de tu mirada.

Que el cielo lo pintan tus palabras

que un te quiero puede borrar las distancias

que te consume la impaciencia

cuando sientes su tristeza.

Y ahora dime amor cuanto me amas

por que late tu corazón cuando me llamas

y morimos de amor cuando me abrazas.

yo te di mi corazón y he negado la razón

para que nunca nos separe un adiós

que vivir es estar a tu lado.

y morir no quiero.si no es de amor

SEÑOR DIOS...




Señor, Dios, dueño del tiempo y de la eternidad, tuyo es el hoy y el mañana, el pasado y el futuro. Hoy quiero darte gracias por todo aquello que recibí de TI. Gracias por la vida y el amor, por las flores, el aire y el sol, por la alegría y el dolor, por cuanto fue posible y por lo que no pudo ser. Te ofrezco cuanto hice en este año, el trabajo que pude realizar y las cosas que pasaron por mis manos y lo que con ellas pude construir. Te presento a las personas que a lo largo de estos meses amé, las amistades nuevas y los antiguos amores, los más cercanos a mí y los que estén más lejos, los que me dieron su mano y aquellos a los que pude ayudar, con los que compartí la vida, el trabajo, el dolor y la alegría. Pero también, Señor hoy quiero pedirte perdón, perdón por el tiempo perdido, por el dinero mal gastado, por la palabra inútil y el amor desperdiciado. Perdón por las obras vacías y por el trabajo mal hecho, y perdón por vivir sin entusiasmo. También por la oración que poco a poco fui aplazando y que hasta ahora vengo a presentarte. Por todos mis olvidos, descuidos y silencios nuevamente te pido perdón. En los próximos días iniciaremos un nuevo año y detengo mi vida ante el nuevo calendario aún sin estrenar y te presento estos días que sólo TÚ sabes si llegaré a vivirlos. Hoy te pido para mí y los míos la paz y la alegría, la fuerza y la prudencia, la claridad y la sabiduría. Quiero vivir cada día con optimismo y bondad llevando a todas partes un corazón lleno de comprensión y paz. Cierra Tú mis oídos a toda falsedad y mis labios a palabras mentirosas, egoístas, mordaces o hirientes. Abre en cambio mi ser a todo lo que es bueno que mi espíritu se llene sólo de bendiciones y las derrame a mi paso. Cólmame de bondad y de alegría para que, cuantos conviven conmigo o se acerquen a mí encuentren en mi vida un poquito de TI. Danos cada dia, un dia feliz y enséñanos a repartir felicidad .

sábado, 3 de enero de 2009

EL PAIS DEL PAN


AUTOR: ANITA PEÑAFLOR HERNANDEZ.


El pueblo estaba desolado, no había nada, la tierra estaba sumamente erosionada y no se podía cultivar nada, la gente no había cuidado el planeta y la gente poca que quedaba sentía morir ya del hambre.
Sara era una niña de 10 años y tenía aún a sus padres que por la situación estaban demasiado envejecidos pues lo poco que encontraban preferían dárselo a su pequeña.
Una tarde mientras Sara buscaba que comer entre los escombros de una vieja estación de tren se encontró con una mujer un poco extraña la cual le preguntó que hacía, Sara le platicó su situación agregando que le gustaría estar en un mundo mejor. La mujer le platicó que la tierra antes era muy bella, había mucho agua, plantas con flores y muchísimos animales, pero que el hombre no había sabido conservarlo. A Sara le sorprendió tanto, pues ella solo conocía un mundo triste, desolado. Esa noche durmió soñando en un paraíso y gente muy feliz.
Pasados algunos días nuevamente se encontró a la extraña mujer y corrió a saludarla, quería volver a escuchar la historia de la tierra, pero esta vez, la extraña mujer le contó que había un lugar muy lejano donde no existía el hambre, toda la gente comía pan a todas horas y tomaba chocolate, intrigada preguntó como haría para ir a ese lugar. La mujer le dijo que todas las mañanas antes de salir el sol pasaba justo por la vieja estación un tren, que debía abordarlo, y el la llevaría al país del pan, pero le advirtió que todos cuantos iban no podían regresar. Muy emocionada llegó a su casa, si es que se le podía llamar así, y le contó a sus padres lo que le había dicho la mujer. “Nada perdemos con ir” les dijo a sus papás, pero ellos le contestaron que estaban muy fatigados que ellos ya no podrían ir, entonces Sara les dijo que ella iría y les traería pan, su mamá le dijo que recordara la advertencia de la mujer pero Sara estaba segura que regresaría. “No importa hija sino puedes regresar” le dijo su padre, agregando que lo único importante para ellos era que ella estuviera bien, pero Sara les prometió volver y darles de comer.
Al día siguiente antes de amanecer salió rumbo a la derruida estación y justo llegando, de la nada apareció el tren ella rápidamente lo abordó, se sentó y quedó como dormida. De repente una algarabía la despertó, había llegado al país del pan, había mucho movimiento, gente con charolas, otras amasando harina otras mas llevando leche y preparando chocolate. Quedó maravillada, por todos lados había pan: conchas, cuernitos, polvorones, chilindrinas, teleras, etcétera. Se acercó y empezó a comer y comer y comer. De pronto recordó a sus padres, tenía que llevarles pan o ir por ellos. Agarró algunas conchas y las metió en sus bolsillos y buscó con la mirada el tren para regresar pero no vio nada, de pronto vio una calle que parecía ser la salida y hacia allá se dirigió pero una voz fuerte la detuvo. “a donde vas con ese pan” le dijo, “Es que mis padres tienen hambre y por su debilidad no pueden abordar el tren”, murmuró Sara. El hombre le dijo que nadie salía de allí, que todos podían comer lo que quisieran pero que no tenían permitido llevar nada a ningún lugar aparte de que el tren no tenía regreso.
Sara muy afligida durmió poco esa noche, el lugar era confortable pero ella pensaba en sus padres. Ya muy entrada la mañana se encontró a la extraña mujer de su pueblo, le dio gusto verla pero Sara empezó a llorar porque no podría cumplir la promesa que les había hecho a sus papás. La mujer le dijo que no se entristeciera que ella conocía dos caminos para salir de allí y la llevó a verlos. El primero estaba muy amplio pero había unos puercos carnívoros muy hambrientos, además no había espacio entre ellos para pasar; el segundo era un poco angosto pero había que cruzar un túnel y salir a un pastizal donde moraba un ogro que no quería a los humanos y a todo aquel que se atrevió a cruzar lo destazó con una hacha
que cargaba. Sara sintió mucho miedo pero el amor y la promesa hecha a sus padres le dio valor.
Pasados unos días preparó el pan que se llevaría y se dirigió al camino del túnel, entro y con sigilo avanzó por el, sin novedad llegó hasta el pastizal, sentía las piernas como de atole pero siguió avanzando, de pronto que distingue a lo lejos al ogro, estaba bajo la sombra de un árbol, dormido. Trató de no hacer ruido y seguir avanzando por donde le había dicho la extraña mujer. De pronto, que pisa una rama seca que y el crujido lo despertó. Sara trató de esconderse pero no había mucho donde entonces corrió hacia la salida pero el ogro le tapaba el paso y corría tras ella con el hacha en la mano tratando de matarla, de pronto no pudo correr mas y cayó al suelo, el ogro le dio alcance y justo cuando le iba a dejar caer el hacha, Sara tomó una piedra y se la arrojó a la cabeza, el ogro soltó el hacha, rápidamente Sara la tomó pero grande fue su sorpresa, al agarrarla, el hacha se desvaneció en una explosión de estrellas de colores y distintos tamaños cuyas luces la cegaron de momento, de entre la explosión de estrellas apareció un hermoso hipocampo que brillaba muy hermoso pues su cuerpo estaba cubierto de estrellas , Sara subió en el y por el aire se la llevó. Cruzaron muchísimas montañas y de pronto Sara vio a sus padres, el hipocampo bajó, Sara bajó de el y en ese momento el hipocampo se desvaneció en el aire, entonces corrieró a abrazar a sus padres quienes lloraban de alegría, pasado un momento Sara les entregó la bolsa con el pan pero al abrirlo salieron semillas de distintas especies de plantas, entonces empezó una lluvia muy fina sorprendidos vieron que el pueblo estaba cambiando, la tierra se estaba volviendo fértil y empezaban a crecer plantas.
Unos días adelante, mientras Sara jugaba alegremente se encontró con la extraña mujer que sorprendentemente se empezó a transformar en una mujer joven y le agradeció su amor y valentía, pues los hombres estaban siendo castigados porque no habían tenido respeto por su planeta y ella había logrado el perdón por eso la tierra estaba cambiando. La mujer desapareció y nunca más la volvió a ver. Sara fue muy feliz y siempre que tuvo oportunidad les contaba a todos esta historia para que respetaran el planeta.

MI ALMA EN SUEÑOS




El sueño, dicho para descansar, sin embargo durante el mismo, el alma vaga en espacios conocidos hasta los jamás imaginados. Aqui tratare de plasmar algo de ello, espero sus comentarios y opiniones para mejorarlos pues no soy tan buena escritora.