AUTOR: ANITA PEÑAFLOR HERNANDEZ.
El pueblo estaba desolado, no había nada, la tierra estaba sumamente erosionada y no se podía cultivar nada, la gente no había cuidado el planeta y la gente poca que quedaba sentía morir ya del hambre.
Sara era una niña de 10 años y tenía aún a sus padres que por la situación estaban demasiado envejecidos pues lo poco que encontraban preferían dárselo a su pequeña.
Una tarde mientras Sara buscaba que comer entre los escombros de una vieja estación de tren se encontró con una mujer un poco extraña la cual le preguntó que hacía, Sara le platicó su situación agregando que le gustaría estar en un mundo mejor. La mujer le platicó que la tierra antes era muy bella, había mucho agua, plantas con flores y muchísimos animales, pero que el hombre no había sabido conservarlo. A Sara le sorprendió tanto, pues ella solo conocía un mundo triste, desolado. Esa noche durmió soñando en un paraíso y gente muy feliz.
Pasados algunos días nuevamente se encontró a la extraña mujer y corrió a saludarla, quería volver a escuchar la historia de la tierra, pero esta vez, la extraña mujer le contó que había un lugar muy lejano donde no existía el hambre, toda la gente comía pan a todas horas y tomaba chocolate, intrigada preguntó como haría para ir a ese lugar. La mujer le dijo que todas las mañanas antes de salir el sol pasaba justo por la vieja estación un tren, que debía abordarlo, y el la llevaría al país del pan, pero le advirtió que todos cuantos iban no podían regresar. Muy emocionada llegó a su casa, si es que se le podía llamar así, y le contó a sus padres lo que le había dicho la mujer. “Nada perdemos con ir” les dijo a sus papás, pero ellos le contestaron que estaban muy fatigados que ellos ya no podrían ir, entonces Sara les dijo que ella iría y les traería pan, su mamá le dijo que recordara la advertencia de la mujer pero Sara estaba segura que regresaría. “No importa hija sino puedes regresar” le dijo su padre, agregando que lo único importante para ellos era que ella estuviera bien, pero Sara les prometió volver y darles de comer.
Al día siguiente antes de amanecer salió rumbo a la derruida estación y justo llegando, de la nada apareció el tren ella rápidamente lo abordó, se sentó y quedó como dormida. De repente una algarabía la despertó, había llegado al país del pan, había mucho movimiento, gente con charolas, otras amasando harina otras mas llevando leche y preparando chocolate. Quedó maravillada, por todos lados había pan: conchas, cuernitos, polvorones, chilindrinas, teleras, etcétera. Se acercó y empezó a comer y comer y comer. De pronto recordó a sus padres, tenía que llevarles pan o ir por ellos. Agarró algunas conchas y las metió en sus bolsillos y buscó con la mirada el tren para regresar pero no vio nada, de pronto vio una calle que parecía ser la salida y hacia allá se dirigió pero una voz fuerte la detuvo. “a donde vas con ese pan” le dijo, “Es que mis padres tienen hambre y por su debilidad no pueden abordar el tren”, murmuró Sara. El hombre le dijo que nadie salía de allí, que todos podían comer lo que quisieran pero que no tenían permitido llevar nada a ningún lugar aparte de que el tren no tenía regreso.
Sara muy afligida durmió poco esa noche, el lugar era confortable pero ella pensaba en sus padres. Ya muy entrada la mañana se encontró a la extraña mujer de su pueblo, le dio gusto verla pero Sara empezó a llorar porque no podría cumplir la promesa que les había hecho a sus papás. La mujer le dijo que no se entristeciera que ella conocía dos caminos para salir de allí y la llevó a verlos. El primero estaba muy amplio pero había unos puercos carnívoros muy hambrientos, además no había espacio entre ellos para pasar; el segundo era un poco angosto pero había que cruzar un túnel y salir a un pastizal donde moraba un ogro que no quería a los humanos y a todo aquel que se atrevió a cruzar lo destazó con una hacha
que cargaba. Sara sintió mucho miedo pero el amor y la promesa hecha a sus padres le dio valor.
Pasados unos días preparó el pan que se llevaría y se dirigió al camino del túnel, entro y con sigilo avanzó por el, sin novedad llegó hasta el pastizal, sentía las piernas como de atole pero siguió avanzando, de pronto que distingue a lo lejos al ogro, estaba bajo la sombra de un árbol, dormido. Trató de no hacer ruido y seguir avanzando por donde le había dicho la extraña mujer. De pronto, que pisa una rama seca que y el crujido lo despertó. Sara trató de esconderse pero no había mucho donde entonces corrió hacia la salida pero el ogro le tapaba el paso y corría tras ella con el hacha en la mano tratando de matarla, de pronto no pudo correr mas y cayó al suelo, el ogro le dio alcance y justo cuando le iba a dejar caer el hacha, Sara tomó una piedra y se la arrojó a la cabeza, el ogro soltó el hacha, rápidamente Sara la tomó pero grande fue su sorpresa, al agarrarla, el hacha se desvaneció en una explosión de estrellas de colores y distintos tamaños cuyas luces la cegaron de momento, de entre la explosión de estrellas apareció un hermoso hipocampo que brillaba muy hermoso pues su cuerpo estaba cubierto de estrellas , Sara subió en el y por el aire se la llevó. Cruzaron muchísimas montañas y de pronto Sara vio a sus padres, el hipocampo bajó, Sara bajó de el y en ese momento el hipocampo se desvaneció en el aire, entonces corrieró a abrazar a sus padres quienes lloraban de alegría, pasado un momento Sara les entregó la bolsa con el pan pero al abrirlo salieron semillas de distintas especies de plantas, entonces empezó una lluvia muy fina sorprendidos vieron que el pueblo estaba cambiando, la tierra se estaba volviendo fértil y empezaban a crecer plantas.
Unos días adelante, mientras Sara jugaba alegremente se encontró con la extraña mujer que sorprendentemente se empezó a transformar en una mujer joven y le agradeció su amor y valentía, pues los hombres estaban siendo castigados porque no habían tenido respeto por su planeta y ella había logrado el perdón por eso la tierra estaba cambiando. La mujer desapareció y nunca más la volvió a ver. Sara fue muy feliz y siempre que tuvo oportunidad les contaba a todos esta historia para que respetaran el planeta.